En
1856 este país del sur de Asia estaba en su mayoría bajo el control de la
Compañía Británica de las Indias Orientales, una sociedad de inversores fundada
por un grupo de influyentes hombres de negocios que en 1600 obtuvo de la reina Isabel
I de Inglaterra el permiso exclusivo para comerciar con la India durante
15 años y después por tiempo indefinido, pasando de ser una simple unión
comercial a una empresa que gobernaría tácitamente la India hasta su disolución
en 1858, con sus negocios centrados en el algodón, la seda, los tintes y el té,
además de iniciar incursiones en el comercio de las especias, hasta entonces
monopolizado por Holanda.
En
ese tiempo las especias eran muy valiosas, ya que como no existían refrigeradores
la carne se echaba a perder y con las especias endulzaban su sabor y así la podían
comer.
En
1670 y dando un paso más, Carlos II le concedió el derecho a la
adquisición de territorios autónomos, la acuñación de moneda, firmar alianzas,
declarar la guerra y hacer la paz en los territorios adquiridos en la India y
el derecho de capitanear ejércitos cuyos soldados eran llamados casacas rojas
por los uniformes rojos que les hacían fácilmente distinguibles y que además
cubrían la sangre de las heridas, dando la sensación de ser invencibles,
uniforme que adoptaría también el ejército británico como distintivo de su
poder.
En
1689 la Compañía era casi un estado dentro de la India Oriental pero en 1813
quedó privada de su monopolio y dos décadas después, del comercio de té en
China, teniendo lugar en 1857 un acontecimiento fundamental, la Primera Guerra
de Independencia cuyo detonante fue el uso de grasa de cerdo o vaca en los
cartuchos de los rifles. Como los indios tenían que morderlos en los extremos
para usarlos, los soldados lo consideraron una ofensa contra sus creencias,
pues el simple contacto con la grasa les hacía intocables para su pueblo, lo
que motivó que varios regimientos se rebelaran contra los británicos y aunque
fueron dominados sin dificultad, se decidió que para administrar mejor el
territorio, la India sería gobernada directamente por la Corona británica,
disolviéndose así la Compañía y pasando todas sus posesiones a la Corona.
La
Compañía Británica de las Indias Orientales era el principal centro de poder en
la India a mediados del siglo XIX tanto en virtud de sus recursos económicos
como de su control sobre una fuerza militar que le posibilitaba imponer sus
medidas sobre un vasto territorio. El grueso del ejército estaba integrado por
soldados nativos, los llamados cipayos, que estaban bajo el mando de oficiales
británicos. La sublevación conocida como "revuelta de los cipayos" estalló en el norte y centro de la India en 1857 como expresión de rechazo a los agravios étnicos y religiosos inferidos por los
conquistadores. Muchos indios no se sumaron a la ofensiva contra los británicos
debido a las fuertes divisiones políticas, lingüísticas y religiosas que
prevalecían en el subcontinente. Los sikhs y los pathans en el noroeste de la
India respaldaron a los británicos y fueron una fuerza determinante en la
captura de Delhi. También los gurkhas de Nepal formaron parte del contingente
británico debido a su tradicional hostilidad hacia los mogoles. En el sur de la
India, solo hubo brotes aislados de violencia. La mayoría de los gobernantes de
esta zona no estaban sometidos a la ocupación británica directa y tenían
fuertes diferencias con los anteriores poderes estatales, el de los mogoles y
el de los marathas, del centro y del norte, sometidos por los británicos.
Los ingleses
impedían el desarrollo de la industria nacional ya que ellos querían que los
indios consumieran exclusivamente solo sus productos.
En
la India se da la explotación de la materias primas como:
- · Té
- · yute
- · algodón
- · aceite
La
revuelta fue sofocada pero, como consecuencia de ella, la Cía.
de las Indias Orientales fue disuelta y el territorio pasó a ser administrado directamente
por la Corona Británica, es decir, por la reina Victoria I.
Los
siguientes años se caracterizaron por las manifestaciones independentistas y la
emersión de líderes que alentarían el orgullo y el patriotismo indio, el más
conocido Gandhi, cuya simplicidad cautivó a millones de indios que le
empezaron a llamar Mahatma o Alma Grande y que vieron cumplido su sueño de
independencia en 1947, tras una lucha marcada por un movimiento de no
violencia.
Bibliografía:
http://www.carpetashistoria.fahce.unlp.edu.ar/carpeta-1/fuentes/el-imperialismo/fuente-4-la-revuelta-de-los-cipayos-1857-1859
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